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AYER ESTUVIMOS

 

CURSO " Identificación y caracterización de plantas indígenas "

                                                                                                                                                  Tres jornadas con lo mejor de lo nuestro

 

 

                                                                                                                                                                                                 

 

                                                                                                  

 

 

 

Con la organización de AVES URUGUAY - G.U.P.E.C.A., se realizó en la segunda semana de setiembre este curso, que contó con un muy buen número de asistentes.

Una temática variada sin duda fue la principal razón que despertó el interés del público. Acostumbrados a exposiciones sobre árboles y arbustos de nuestra flora nativa, el Programa nos propuso también conocer palmeras, plantas acuáticas, herbáceas, helechos, bromelias, orquídeas, cactáceas, plantas de arenales y suelos salinos.

La responsabilidad de las charlas fue de Julián Gago, con muchos años de desempeño en la Escuela de Jardinería de la IMM y en el Jardín Botánico, siendo el prestigioso invitado docente del tradicional curso de flora indígena que anualmente dicta esa señera Institución.

Uno de los magníficos salones vecinos a la Iglesia de los Padres Conventuales, en Canelones 1164, Montevideo, donde tiene su sede AVES URUGUAY, fue el escenario de las tres exposiciones en días 10, 12 y 14 de setiembre.

El Prof. Gago mencionó al comenzar que nuestras praderas tienen unas 400 gramíneas autóctonas, base de nuestra producción ganadera, unos 100 helechos y 50 orquídeas, y entre 40 y 50 bromelias. Algunas especies están en duda, se encontraron una sola vez y después nunca más, no se sabe realmente si son indígenas.

El primer día fue dedicado a árboles y arbustos. Y aparecieron las magníficas imágenes de canelones (Myrsine spp.), buenos para carpintería, malos como leña. La murta, excelente melífera. ornamental. No podía faltar el ombú, y hubo una mención acerca de que en el norte del país está Phytolacca americana, que es arbustiva, y queda reducida al mínimo en los meses de invierno.

 

  

 

 

 

 

 

 

 

El tembetarí, con sus aguijones en el tronco, asombra. Es buena madera para tornería. Actualmente, se injertan cítricos sobre este árbol, al pertenecer ambos a la familia de las Rutáceas.

Francisco Alvarez y lapachillo son de gran valor ornamental, se justifica una amplia inclusión de ambos en espacios verdes públicos.

 

  

 

 

 

 

 

 

 

La Gleditsia amorphoides, corondá, tiene los frutos más pequeños que la exótica G. triacanthos. De cualquier manera, también son muy apetecidos por el ganado.

Siguieron el poco conocido zapirandí y el emblemático guayubira, el blanquillo, el mataojos, el ceibo, la pezuña de vaca.

Cuando llegó el turno del curupí, se hizo mención a las propiedades de su latex para el control de las verrugas, y al antiguo uso del mismo para atrapar aves. El carobá fue destacado por la belleza de su follaje y su corteza.

 

  

 

 

 

 

 

 

 

Arrayán, algarrobos, espinillo, quebracho blanco, en imágenes de campos del litoral oeste, cuyos montes están despoblados. Se hizo mención a Darwin, quien en un lejano 1832 ya había advertido sobre la degradación de los campos.

 

  

 

 

 

 

 

 

Agarista eucalyptoides (=Leucothoe) es una especie rara, que nunca se vio en flor. Parecida a un exótico alcornoque por su tronco, habría ingresado a nuestro país al mismo tiempo que Butia paraguayensis.

Se mencionaron dos laureles criollos, Ocotea acutifolia y O. puberula, y el chal-chal, señalando que en Rivera hay ejemplares que fructifican todos al mismo tiempo.

La coca del país, del género Erythroxylum, se encuentra en Tacuarembó, a orillas del monte de quebrada.

La congorosa, además de su aspecto ornamental y sus propiedades medicinales, se puede utilizar como cerco defensivo, al igual que la muy espinosa Acacia bonariensis. Se citan más de veinte mimosas para la flora nativa.

Senna corymbosa, rama negra, y Schinus longifolius, tienen una muy vistosa floración. La siempre ubicable cina-cina, con madera con gran poder calórico, utilizada para cercos vivos, es muy melífera.

 

  

 

 

 

 

 

 

 

Viscaria americana, espina de campo, es febrífuga, y la espina de la cruz, con flores con aroma a vainilla, es muy melífera.

La magnífica barba de chivo va bien en terrenos arenosos, y el Berberis ruscifolia se llena de flores amarillas. Duranta y guayabo del país ya son un clásico en los espacios verdes.

 

  

 

 

 

 

 

 

 

En la segunda jornada le tocó el turno a las palmeras. La pindó no forma grandes comunidades, como la butiá, las causas no se conocen. La pindó responde muy bien al agregado de fertilizantes, observándose un aumento de la distancia entre nudos.

      

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Se citan palmeras con hasta 8 o 9 ramificaciones. Butia yatay se desarrolla en suelos bien drenados, algo alcalinos. Butia capitata en suelos mal drenados, algo ácidos. En B. yatay los restos de pecíolos suelen persistir en la planta por largo tiempo.

Una especie nueva se describió: Butia lallemantii, apareció en Rivera, alcanza unos 60 cm. de altura, a veces más.

Una curiosidad: las hojas de la palmera caranday se utilizaban a principios del siglo XX para el barrido de las calles.

Y varias menciones finalmente con respecto al híbrido, Butyagrus nabonandii, y la posibilidad de encontrarlo en diferentes lugares en Montevideo y Canelones.

Entre las trepadoras, no podía faltar el mburucuyá  y la novedad para muchos de la presencia del mburucuyá blanco, Passiflora misera, en el litoral norte.

 

    

 

 

 

 

 

 

 

 

Hubo menciones a Aristoloquia, Ephedra, única gimnosperma nativa, Dolichandra, Araujia, Solanum laxum, Clematis montevidensis, y se destacó la belleza de la Combretum y lo singular de la Mutisia, un miembro de la Familia de las Asteráceas (Compuestas).

 

   

 

 

 

 

 

 

 

 

Entre las herbáceas, se hizo énfasis en la presencia de varias Tibouchina nativas, varias Peperomia y Begonia, éstas últimas debieron ser el origen de las begonias cultivadas actualmente, lo mismo que las Nierembergia y las Petunia.

Equisetum, medicinal y ornamental, se utiliza en gran número en los jardines en la actualidad, se debe promover un mayor uso del hibisco de bañado en lugares húmedos y habría que darle más importancia a las Pavonia nativas, familiares de los hibiscos.

 

   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El último día comenzó con imágenes de helechos, como Cheilanthes, Vittaria, Polypodium.

Las hojas de calaguala se exportan a Europa, significando un ingreso de varias decenas de miles de dólares por año. Habría que estimular su cultivo in vitro.

Se mencionó también Trichium y los diferentes Blechnum, que vienen siendo depredados.

Entre las bulbosas, Alophia, Cypella, Hippeastrum, Oxalis, y la infaltable bibí, Ipheion uniflorum.

 

   

 

 

 

 

 

 

Y al final las orquídeas, hay unas cincuenta que son nativas. Habenaria, Chloraea, Bipinnula, Oncidium, Capanemia, todas para admirar y respetar.

 

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En una jornada posterior, el disertante, con el apoyo de especialistas y socios de Aves Uruguay, mencionó una serie de plantas indígenas muy visitadas por las aves por diferentes razones. Canelones, palo de fierro, guayabo blanco, coronilla, molle, tarumán, higuera del monte, cerejeira (Eugenia involucrata), espina de la cruz, guayabo del país, chal-chal, arazá, cina-cina, son algunas de las menciones útiles como para planificar un parque con abundancia de fauna.

Magníficas jornadas entonces, con muy bonitas imágenes y descripciones de nuestra flora, que nos permitieron conocer su potencial ornamental, como maderables, melíferas, etc. Una invitación a seguir estudiando y pensando mucho, y una sincera felicitación para AVES URUGUAY por la difusión de todos estos temas.

Setiembre 2007

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La flora nativa debe de estar en nuestros jardines, por sus valores ornamentales, testimoniales, para la atracción de la avifauna, etc.

Probablemente Ud. ya realizó el excelente Curso de flora indígena que año a año ofrece nuestro Jardín Botánico de Montevideo.

Lo invitamos entonces a acercarse e integrar nuestros grupos. También de nuestras plantas indígenas tenemos mucho para mostrarle. Nuestra colección de CD-ROM lo espera. Reconozca las plantas nativas de nuestros paseos públicos y espacios verdes privados. Conozca cómo utilizarlas a la hora de planificar parques y jardines.

                                                   Solo disponemos de treinta plazas en nuestros cursos. Las inscripciones comienzan en noviembre.         www.jardinenuruguay.com

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