AYER ESTUVIMOS

VIVERO DOÑA FLOR

                                                                        ENTRE EL MAR Y LAS SIERRAS

 

Hace más de diez años que conocemos a Frida Sznaier, cuando culminaba sus estudios en la Escuela Municipal de Jardinería y concretaba la instalación de su primer vivero en Toledo, Departamento de Canelones. Ya en ese momento, su pasión por la multiplicación de plantas hacía que el emprendimiento creciese rápidamente y fuera sitio obligado de visita por parte de quienes se dedicaban al diseño y construcción de parques y jardines.

Posteriormente, su instalación en el corazón del Balneario Solís, Maldonado, llenó un vacío que existía en esa zona, y alimentó a los nuevos jardines que en gran número fueron complementando la belleza del lugar. Quienes conocemos desde hace décadas esa privilegiada zona de la costa en la que se suceden el balneario citado, y luego los de Bella Vista, Las Flores, Playa Verde, Playa Hermosa y Playa Grande, para luego arribar a Piriápolis, sabemos del crecimiento edilicio que se ha producido en el lugar en las últimas décadas. Es que la armonía que existe entre el mar de aguas límpidas y las sierras próximas al mismo, es de una belleza sin par, e invita al público a disfrutar de sus vacaciones en verano e incluso los fines de semana todo el año.

Poco tiempo después de establecerse, Frida pensó en un lugar destinado a la producción, para satisfacer esa demanda creciente y además contar con otro punto de comercialización, pensando en aquellos que viajan con destino a Punta del Este. Es así que en el Km. 88.500 de la Ruta Interbalnearia y en medio de la vegetación agreste, surge ante nuestros ojos lo que parece desde lejos un gran jardín.    

El contraste entre la pradera natural, sus gramíneas, chircas, espinas de la cruz, romerillos, sus matices de verde y gris y el colorido que marca la presencia del vivero, es notable. Otra nota diferente la constituye el estanque con un gran chorro de agua partiendo desde su centro, además de banderas multicolores que permiten advertir la presencia del emprendimiento desde lejos.

A la entrada, la zona del enviverado y canteros con arbustos y herbáceas muy cuidados, nos permiten apreciar el potencial de determinadas plantas. Los pitósporos enanos y las margaritas arbustivas rosadas combinan a la perfección con los rayitos de sol rojos, tan vistosos en esta época primaveral.

 

 

Los caminos, cuidadosamente cubiertos con pedregullo y bordeados por las diferentes especies en envase, nos permiten acceder a las zonas de invernáculos y sombráculos. En ellos, cultivares de hibiscos y Santa Rita lucen su esplendor. Es muy llamativo el estado sanitario de los mismos, lo mismo que el de los rosales importados, que no exhiben ningún síntoma de la presencia de problemas tan habituales y que tanto complican su cultivo, como oídio y mancha negra.

 

 

 

 

La presencia de herbáceas anuales y perennes y de gramíneas ornamentales es también una constante, lo cual no extraña, dado el creciente requerimiento del público por este tipo de plantas. También es de destaque la presencia de rododendros en muy buen estado y de la curiosa y poco común Ochna serrulata (“mickey mouse”). Matices de verde, amarillo y rojo  van apareciendo a lo lardo del recorrido. Los grises son aportados por los rústicos senecios y  Helychrisum petiolare (“gnafalión”), y también por las piedras, tan abundantes en la zona, y que constituyen un elemento decorativo muy apreciado.

 

 

 

 

El vivero tampoco descuida la provisión de plantas adaptadas a las condiciones del lugar, con mucho viento en la zona serrana, a lo que se suma además el salitre a medida que nos acercamos a la franja costera. Esa combinación es sumamente perjudicial para muchas plantas, por lo que se recurre a pitósporos, formios, aloes, yucas, transparentes, Tamarix, entre otros. Algunas especies nativas de nuestro monte serrano se adaptan muy bien a los fuertes vientos.

 

 

Finalmente, cabe destacar la cordialidad con que la propietaria y el personal nos atendieron, demostrando un conocimiento cabal de las plantas y de su ubicación en el extendido vivero.

Nos despedimos por el momento, agradeciendo su amabilidad, y prometiéndoles visitarlos a la brevedad en el local de Balneario Solís.

 

 

 

Ruta Interbalnearia Km. 88.500   Tel.  049 02219

Balneario Solís  Calle 9 y 11  Telefax  043 80334

 

 

 

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                                                                                            www.jardinenuruguay.com

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