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AYER ESTUVIMOS EN . . .

 

VIVERO MYOSOTIS

 

                                                                             Como para no olvidarse . . . . .

 

ESTE ARTICULO FUE REDACTADO HACE VARIOS AÑOS Y SU CONTENIDO CORRESPONDE A LA SITUACION DE AQUELLA EPOCA. LOS DESCENDIENTES DE LOS ANTIGUOS PROPIETARIOS DEL VIVERO, ACLARAN POR ESTE MEDIO QUE EL ACTUAL EMPRENDIMIENTO QUE LLEVA EL NOMBRE MYOSOTIS NO ES LA CONTINUACION DEL PROYECTO DE SUS PROGENITORES, HORST Y HILDE KNÜPPEL, Y NO MANTIENEN RELACION ALGUNA CON EL MISMO.

 

El 20 de febrero de 2010, HORST KNÜPPEL  se despidió físicamente de nosotros. Su recuerdo permanecerá imborrable entre quienes supimos aprovechar sus enseñanzas, y disfrutar de su espíritu jovial, sus bromas. Se fue uno de los más importantes introductores de novedades ornamentales en las últimas dos décadas. Su vivero fue un ejemplo de cómo se puede llevar adelante un emprendimiento comercial que además transmita generosamente conocimientos al público. Quienes aprendimos mucho de él no lo olvidaremos.      

 

El popular “no me olvides”, Myosotis, es una planta antigua, mencionada ampliamente en narraciones, poemas. Y es el nombre que Horst Knüppel y su esposa Hilde han elegido para su vivero, situado en el Balneario El Pinar de la Ciudad de la Costa, Canelones.

Recostado prácticamente contra el Arroyo Pando, rodeado de bosques de pinos y acacias, Myosotis es un vivero-jardín de mediana dimensión que nos propone un recorrido en el cual no falta nada y que requiere un tiempo prudencial para disfrutar plenamente.

 

       

 

Horst y su señora son realmente unos apasionados por las plantas, y han dedicado buena parte de su vida a ensayar con especies poco conocidas o únicas en nuestro país. Por eso si hay algo que define su proyecto es la diversidad de ejemplares, los que han mostrado, en la mayoría de los casos, una muy buena adaptación a nuestras condiciones. Amplios conocedores de los nombres de los mismos, disponen de una amplia bibliografía como para que el visitante pueda evacuar dudas sobre el tamaño final de la planta, tamaño de las flores, etc.

 

     

 

A la entrada, las Banksia cultivadas en tierra asombran por el tamaño y rareza de sus flores. Horst nos comenta que, luego de incendios, sus semillas germinan por doquier en su hábitat natural en Australia, habiéndose descubierto que los componentes del humo son factores clave para dicha germinación. También las Melaleuca y los Callistemon se presentan exhuberantes, mostrándonos la buena adaptación de estas plantas, también australianas, a nuestras condiciones.

 

                            

 

     

 

Contrastando con esas plantas de climas secos y bastante tolerantes a la falta de agua, un estanque surge en forma imprevista ante nuestros ojos. No estaba allí, en el árido médano sobre el cual se instaló Myosotis, pero fue pensado y construído de tal forma que aparece como totalmente natural. Nenúfares, Thalia multiflora, Sagitaria, helechos, pasto “palmera”, papiros enanos, amantes de la humedad y la semisombra, se asocian espléndidamente para lograr un “cuadro” perfecto.

 

    

 

Y también la semisombra permite admirar plantas como los nativos Blechnum (helechos de tronco), variedades de Musa (género que corresponde al bananero) ornamentales, Heliconia, etc. Las flores de la Petrea se mezclan con las rosas.

 

     

 

Y el vivero no descuida la producción de herbáceas perennes, como Aquilegia, Campanula, Acalypha, tan floríferas en la época primaveral, al igual que la orquídea terrestre Bletilla.

 

     

 

Una colección de rosales asombra por su colorido, el vivero se ha preocupado especialmente en los últimos años por el incremento de la variedad y la calidad de los ejemplares. Muchos ubicados en tierra, es posible conocer su verdadero potencial.

 

     

 

La inusual Bambusa viridis repite, aunque con mayor intensidad, el amarillo de la flor de Zantedeschia (cala) y sus bandas verdosas contrastan admirablemente con el blanco de la espata del popular “cartucho”.

 

 

Entre las trepadoras y apoyantes, se encuentran bignonias, jazmín chileno, jazmín de leche, trompeta de fuego, enredadera del caracol, entre otras, y las curiosas Senecio confusus y Vernonia fulta.

 

     

 

Pero además, y para deleite de los visitantes, el vivero está delimitado por un cerco vivo donde los ejemplares alcanzan muy buen porte, y pueden ser admirados en su plenitud. Canteros también con gran diversidad de plantas se pueden apreciar en todo el contorno.

 

 

Buen gusto, diversidad de especies y la posibilidad de encontrar ejemplares poco usuales o únicos, son los principales atributos de este vivero-jardín. Por eso, lo del título, “no me olvides”, “forget-me-not”; más allá del idioma, imposible olvidarse y no repetir la visita.

 

   

                                                                                  Myosotis

 

                  El 20 de febrero de 2010, HORST KNÜPPEL  se despidió físicamente de nosotros. Su recuerdo permanecerá imborrable entre quienes supimos aprovechar sus enseñanzas, y disfrutar de su espíritu jovial, sus bromas. Se fue uno de los más importantes introductores de novedades ornamentales en las últimas dos décadas. Su vivero fue un ejemplo de cómo se puede llevar adelante un emprendimiento comercial que además transmita generosamente conocimientos al público. Quienes aprendimos mucho de él no lo olvidaremos.      

                                                                                                                                                                                                                                           H.U.


          

 

 

 

 

 

 

                                                                                 

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